08 febrero 2009

Javier Alemanno/Curriculum






Javier Alemanno nace en la ciudad de San Juan el 20 de marzo de 1986. Realiza estudios de actuación desde 1994 hasta 1998 en el Taller de Teatro Municipal perteneciente al plan “Cien Ciudades Cuentan Su Historia” del Ministerio de Cultura de la Nación, y en el Centro Cultural Juan Centorbi, con Patricia Christen, entre 2000 y 2003, en Rivadavia, Mendoza, e integra los elencos de las creaciones colectivas Viaje al mundo de la fantasía y El reloj de los sueños, con dirección de Christen. Cursa dos años de la Licenciatura en Arte Dramático de la Universidad Nacional de Cuyo, y expande su formación en la ciudad de Mendoza, realizando talleres de clown, del actor frente a la nueva dramaturgia (Sara Torres), de teatro foro y social (Adhemar Bianchi), de teatro aéreo (Kasalamanka), de mimo drama y teatro gestual (Dementia Praecox), de dramaturgia y filosofía hermética (Marcelo Bertuccio), de no actuación (María del Rosario Francés). Desde 2004, forma parte de El Enko Compañía Teatral, estrenando La sangre, Caricias y Morir o no morir, de Sergi Belbel, dirigidas por Juan Comotti; Los impunes y El que borra los nombres, de Ariel Barchilón, también dirigidas por Comotti; y Macbeth de Shakespeare Alemanno Bertuccio, escrita en colaboración con Marcelo Bertuccio, con quien cursa seminarios de dramaturgia y dramaturgismo en la ciudad de Buenos Aires. Durante el 2006 y 2007 realiza estudios de actuación y seminarios de Tragedia Griega con la actriz y docente Irina Alonso. También se desempeña como asistente de dirección en diversas puestas del Dramaturgo y Director Marcelo Bertuccio, y en la obra de Andrea Chacón Pequeño drama para dos mujeres. Durante 2008 trabaja como actor en la obra Víctimas sorprendidas en un ruego inútil de Marcelo Bertuccio y en la obra breve El joven Jorge del mismo autor, además de realizar su primer protagónico en Revés cortometraje de ficción de Martina Seminara; Y como asistente de dirección en el espectáculo de tango y teatro Parece mentira con dirección y dramaturgia de Bertuccio. Durante los primeros meses del 2009 estrenará como actor las obras El Señor Bergman y Dios (Homenaje al famoso artista del cine y el teatro) y Amleto Príncipe (Versión unipersonal de la célebre obra de Shakespeare) ambas de Marcelo Bertuccio. También se desempeña como actor en diversos films publicitarios y campañas gráficas para argentina y otros países.


Espectáculos en los que participó:

VÍCTIMAS sorprendidas en un ruego inútil
Homenaje a Mí Misma
Pequeño drama para dos mujeres
La rueda de la desgracia
Javier y Javier
Macbeth de Shakespeare Alemanno Bertuccio

07 febrero 2009

Próximamente

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Mono Que Ladra

con Marcelo Bertuccio. Guitarra y Arreglos Alejandro Caputo, Flauta Soledad Hermo. Realización de vestuario Guadalupe Cuevas. Asistencia Javier Alemanno. Dramaturgia y Puesta en Escena Marcelo Bertuccio.


SE LLEVARÁ A CABO UNA PRESENTACIÓN EL DÍA SÁBADO 25 DE JULIO A LAS 18:00 hs. EN Museo y Ateneo de Estudios Históricos de Nueva Pompeya
Av. Sáenz 971
18.00 hs.
Entrada libre


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Revés (Cortometraje de ficción)
de Martina Seminara





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AMLETO PRÍNCIPE
Guión dramático de Marcelo Bertuccio sobre textos de William Shakespeare

Actúa, musicaliza, ilumina: Javier Alemanno

Dirige: Laura Garaglia


Sobre el texto

Un guión dramático es un ejercicio de lectura a la vez que de escritura.

El autor utiliza textos escritos por Shakespeare, sobre todo de la obra Hamlet y también de Rey Lear, los traduce a su lengua, el español, y los organiza de manera tal que se puede dar cuenta a la vez de la fábula de Hamlet y de una nueva fábula, una que es y no es el Hamlet de Shakespeare, que se nutre de sus textos más importantes, más emblemáticos, más cardinales y los suelta en un nuevo orden que abre otros sentidos. Amleto, traducido y reordenado, es una invitación a recibir una lectura diversa, original, impactante, del drama del príncipe Hamlet.

Presentado como una serie de monólogos de orden aparentemente discontinuo, Amleto príncipe plantea también una serie de intervenciones dramatúrgicas que se orientan a poner de manifiesto el propio tema de la traducción y la traslación en tiempo y espacio de una obra singular. ¿No es el mismo tema el del cuento “Pierre Menard, autor del Quijote”, de Jorge Luis Borges?

Cada monólogo, así, lanza una flecha hacia la obra de Shakespeare, y muchas otras a los lectores/espectadors actuales, así como al hecho mismo de la representación teatral.

El actor/Amleto es en sí mismo una reflexión sobre el Hamlet/actor. No podemos dejar de acordar que Hamlet es el más actor de los personajes de Shakespeare, y tal vez de la historia misma del teatro occidental.

Entonces, en tanto reflexión sobre el texto y el contexto de los discursos, Amleto no puede dejar de preguntarse por qué hace lo que hace, qué hace realmente al actuar, qué es actuar y cómo sentir en el teatro. Shakespeare con sus obras se preguntaba, sin duda, lo mismo.

Sobre el espectáculo

Partimos de la dificultad de encarar un texto tan extenso y complejo en tanto lenguaje para un solo actor. Las reiteradas lecturas y el talento del actor en cuestión, comenzaron a zanjar estas complejidades intrínsecas en ambos textos.

Tanto Hamlet como Amleto, pueden ser vistas como un prisma de sentidos, que refleja según sea iluminado. Pero aún más, Amleto se nos antojó durante el transcurso de los ensayos, como una lente de aumento puesta sobre los principales problemas de la obra Hamlet. Y de la vida. ¿Cuál es la verdad? ¿Cómo se la conoce? ¿Cuál el límite entre realidad y ficción? ¿Cómo allanar el camino de la realidad a través de la ficción? ¿Puede ser la ficción un método de conocimiento de la verdad?

Constantemente, veíamos a un personaje solo, acorralado por estas y otras preguntas, intentando sondear el misterio de su drama personal, de manera trascendental. Preguntándose si en su historia se figuran las posibles tramas de todos los hombres. Intentando diferenciarse, definirse, delimitar a sus amigos y enemigos, a las posibilidades de relación: amor y amistad, padre y madre… Unico y solo como se está ante un juez.

Por eso el actor está solo en escena haciendo su trabajo: actuar, decir, expresar, y también el trabajo de otros: musicalizar, ambientar, vestir, iluminar el espacio.

En este juego que es el teatro, donde el espectador y actor comparten el conocimiento sobre la realidad circundante (la sala, la calle, el clima que hay afuera, etc.) y se abocan a la creación del objeto (la obra de teatro en su desarrollo), nos situamos en esa débil frontera, en esa fe, para poner por delante el gran tema de Hamlet/Amleto que puede resumirse en la pregunta “¿Es todavía el teatro el lazo más adecuado para atrapar la conciencia del rey, del emperador, del zar, del dictador, del miserable soberano?”



22 abril 2008

No es bueno ni malo. Es Dios.

VÍCTIMAS sorprendidas en un ruego inútil de MARCELO BERTUCCIO aborda el episodio de posesión demoníaca colectiva que tuvo lugar en la pequeña ciudad francesa de Loudun en 1632, y en el cual estuvieron involucrados el cura párroco, la priora del convento y diecisiete monjas ursulinas. En un marco de severa corrupción política y espiritual, tres monjas y tres curas se debaten entre la fe y el instinto sexual. El relato toma a la Hermana Juana, priora del convento de las ursulinas, enviando una petición al Padre Javier, párroco de la pequeña ciudad (un barrio, para nosotros) para que se haga cargo del puesto de confesor del convento, que ha quedado vacante al morir el sacerdote que se hacía cargo de esa misión. El Padre Javier se niega y esto genera una reacción en la priora, que, a través de diversas peripecias relacionadas con la posesión demoníaca, los mecanismos políticos más abyectos, y la salida del conflicto a través de la inmolación del chivo expiatorio, provoca una catástrofe imposible de detener.


foto: JAVIER ALEMANNO

Actúan

(Por orden de aparición:)
Hermana Clara/Hermana María Inés: María Inés Howlin
Hermana Juana/Hermana Silvia: Silvia Mañá
Padre Javier/Padre Esteban: Esteban Fagnani
Magdalena/Cecilia: Cecilia Venturutti
Padre Salvador/Padre Javier: Javier Alemanno
Padre Uriel/Padre Joaquín: Joaquín Daglio

Asistencia de dirección/Hermana Nuria: Nuria Maidana
Diseño ambiental: Liliana Medela
Diseño lumínico: Padre Javier
Asesoramiento en mal latín: Laura Garaglia
Diseño gráfico y Fotografía: Javier Alemanno
Realización de vestuario: Francisca Cesare/Alicia Dezarnaud/Laura Smid
Producción: Silvia Mañá/Nuria Maidana
Puesta en escena, Dramaturgia y Diseño sonoro: Marcelo Bertuccio

DOMINGOS 20 HS.

APACHETA SALA/ESTUDIO

Pasco 623 tel: 4941-5669

Entrada general: $20


20 abril 2008

VÍCTIMAS/CRÍTICAS



VÍCTIMAS - Crítica de Martín Wullich

El famoso texto de Los demonios de Loudun, recreado por Marcelo Bertuccio, con altas dosis de ironía y humor.
Sobre la censura
Para quienes tengan memoria cinematográfica, el caso fue llevado a la pantalla por Ken Russell, en un momento en que hablar libremente de estos temas no era una cuestión fácil -no hablemos de exhibición pública-, por lo menos en nuestro país. Después de una época de férrea censura cinematográfica -donde algunos films eran cortados y otros directamente prohibidos-, regida por el Consejo Honorario de Calificaciones, con gran influencia de intereses sobre todo militares y eclesiásticos, asumió su dirección Osvaldo Gettino.
El nuevo funcionario provocó un cambio fundamental: desde ese momento no habría ninguna autoridad que pudiese prohibir o censurar una película antes de la llegada a las salas. El film se daría completo, con la calificación correspondiente, aunque si alguno de los espectadores se veía tocado o molestado en su fe, o consideraba que el film tenía visos de pornografía, podría hacer la denuncia correspondiente. Entonces el film se retiraría de las salas, iría al juicio o análisis del Consejo, y sólo entonces se decidiría su exhibición con cortes o su prohibición total.
Con este sistema, la gente que conocía algo de cine y sabía del arribo de un film algo picante, se abalanzaba a ver las primeras proyecciones, por las dudas, antes de que algún pacato velara por la moral ajena. De este modo se pudieron ver, apenas algunos días, "The boys in the band"-mucha homosexualidad-, "El último tango en París" -mucha manteca- y "Los demonios" -en un monasterio esas cosas no pasan-. Entre tantas otras, estas fueron denunciadas por anónimos espectadores y no volvieron a exhibirse. Justamente la última, dirigida por Ken Russell y protagonizada por Vanessa Redgrave y Oliver Reed, está basada en el libro Los demonios de Loudun, de Aldous Huxley, historia que en estos días lleva a escena el director Marcelo Bertuccio.
Sobre "Víctimas"
Antes de ingresar, ya se huele a incienso... Mientras, una monja entra y sale de la sala, pasando delante de un reclinatorio y dejando entrever algo de lo que se viene. Lo curioso es que esa monja nunca participará de la obra, o sí, dependiendo de como se tome esta historia en la que nos sumerge Bertuccio, sin fronteras entre la realidad y la fantasía, o donde una y otra se entremezclan provocando sorpresa al espectador. Sorpresa y estupor, disparate y temor, irreverencia y humor, se mezclan en dosis similares para contar una historia real. Tan es así que, en algunos momentos, el espectador no sabe si lo que sucede forma parte del texto o no, si es la obra o realmente algo sucede entre bambalinas, perdiéndose por completo la barrera entre la realidad y la fantasía. Está tan bien logrado que da la imagen de que hasta dejan de actuar, actuando. O viceversa.
La cuestión ocurre en la ciudad francesa de Loudun en 1632. Reina Luis XIII, y su ministro es el Cardenal Richelieu. Sucede en un convento de monjas ursulinas. Hasta allí llega un cura que se las trae. Él, "hombre"al fin, se casa en secreto, enamora a la Priora, y no perdona a ninguna monja que se le cruce en su camino. Hasta uno de los sacerdotes lo mira con cierto cariño. Pero la que enloquece es la Priora, a tal punto que le mandan un exorcista pues ha perdido la cabeza por amor y se autoflagela. La locura contagia otro cura... y el delirio no tiene gollete. A Dios gracias -claro está-, Bertuccio ha usado el humor, el ridículo y la parodia para descomprimir lo que desde pretéritas épocas no deja de ser una realidad subyacente de algo que, en ocasiones, se esconde debajo del hábito o la sotana.
La actuación de Silvia Mañá es muy destacable en su generación de locura, posesión satánica y perdido enamoramiento. Javier Alemanno sabe convencer en el papel del padre jovenzuelo, mientras el experto exorcista está muy bien en el physique du rol de Joaquín Daglio. Cecilia Venturutti interpreta sensualmente a una muchacha tentada y tentadora. Esteban Fagnani lleva a límites inesperados la locura que transmitirá seduciendo sin ambages, mientras María Inés Howlin contará detalles del caso, agregando picardía.
La puesta en escena es ascética, como corresponde a un convento. Iluminación y vestuario completan una particular y atractiva estética, sin desdeñar la elección de la música grabada que crea los climas apropiados hasta para una insólita coreografía. Asimismo, como parte de esta farsa, se entonarán canciones con mucha sonrisa e invitación a colaborar con la congregación al dejar la sala. Es verdad, se podrán comprar cruces, estampitas y agua bendita. Quizás hasta algún rosario. No sea cosa de que el demonio nos posea. Martin Wullich







Morir en la hoguera, en el siglo XVII

Marcelo Bertuccio hizo una interesante versión de un hecho ocurrido durante el reinado de Luis XIII, en Francia

Domingo 4 de mayo de 2008 | Publicado en la Edición impresa

Alberto Catena
La Nación

Víctimas sorprendidas en un ruego inútil. De Marcelo Bertuccio. Con Silvia Mañá, María Inés Howlin, Cecilia Venturutti, Esteban Fagnani, Javier Alemanno y Joaquín Daglio. Diseño sonoro, dramaturgia y puesta en escena: Marcelo Bertuccio. Asistencia de dirección: Nuria Maidana. Diseño ambiental y realización de escenografía: Liliana Medela. Teatro Apacheta, Pasco 623. Domingo, a las 20. Duración: 70 minutos.

Nuestra opinión: buena

Los demonios de Loudun fue una obra de Aldous Huxley que disfrutó en el momento de su aparición de una muy buena acogida en el mundo artístico, tanto que luego de su publicación, en 1952, fue transformada en ópera por Krzysztof Penderecki, llevada al cine por Jerzy Kawalerowicz y Ken Rusell, y convertida en pieza de teatro por John Whiting. El libro del escritor inglés trataba en forma de ensayo novelado el caso del cura párroco Urbano Grandier, acusado de posesión satánica y enviado a la hoguera en la Francia del siglo XVII, durante el reinado de Luis XIII y de su controvertido ministro, el cardenal Richelieu.

En el país, el dramaturgo y director Marcelo Bertuccio retomó el episodio en un texto teatral estrenado en 1996 y recreado por él mismo, en estos días, en una segunda versión. Una vieja práctica escénica -también cinematográfica y musical- demuestra que un mismo material puede ser abordado tantas veces como miradas distintas soporte. La condición para hacerlo es proponer algo distinto, no repetir, salvo que la repetición vaya seguida de asesinato de las visiones anteriores.

Bertuccio, que en otros trabajos de su autoría ha probado ser un artista talentoso, creyó que la historia merecía otra vuelta de tuerca estética. Y, realmente, la consigue. Sobre todo porque logra que los espectadores observen ese suceso desde una óptica menos tensa que la que proponían las realizaciones llevadas al cine, la ópera o el teatro. Para ello, acude a algunos mecanismos de distanciamiento -una relatora que comenta algunas escenas, el uso de una forma de hablar semejante al de las telenovelas, el tono paródico con que se interpretan en coro ciertas canciones-, que permiten al público desacralizar lo que está viendo.

En cierto modo, y ubicándonos en una época en que hasta el propio papa debe pedir perdón en los Estados Unidos por los abusos de los curas pedófilos, se podría pensar que el pecado de seducción de mujeres cometido por Grandier es una transgresión menor. Pero Bertuccio no se burla del caso ni lo enfoca con irreverencia -de hecho, algunas escenas son tratadas con mucha dramaticidad-, sino que aporta un instrumento para evitar que la ilusión sofoque la posibilidad de reflexionar sobre un asunto que fue y sigue siendo sumamente grave, porque, si bien ya no se manda a nadie a la hoguera por transgredir un dogma de la Iglesia, la intolerancia y la represión siguen causando estragos terribles.

La sobriedad de la puesta

La puesta de Bertuccio tiene la virtud de la sobriedad, del ascetismo que puede beber de la propia fuente de la historia. El color predominante es el negro, roto en determinados espacios por dos almohadones blancos o una colcha roja sobre un mueble rectangular que sirve alternativamente de lecho, de reclinatorio para rezar o lugar de tortura. El movimiento de los actores es también armónico y se nota una marcada preocupación del director por obtener resultados visuales que expresen con austera belleza y exactitud los climas o situaciones de la pieza. La actuación se inclina hacia un tono neutro compatible con cierto distanciamiento, pero sin prescindir de la entrega exaltada cuando es necesario, como ocurre en el caso de la priora Juana, muy bien interpretada por Silvia Maña, cuando expone los estados de posesión demoníaca. También merecen ser elogiados los trabajos de María Inés Howlin y Cecilia Venturutti, ya que, en general, las mujeres están un poco mejor que los hombres. Otro acierto de esta versión es su musicalización.



Las Víctimas de Bertuccio

Irina Sternik http://www.buenosairesladob.com.ar

Ir a ver un domingo a la noche Víctimas es fuerte. Menos mal que el dramaturgo y director Marcelo Bertuccio tiene ese “no se qué” en sus obras que descomprime el más cruel de los relatos y nos hace ir cantando el jingle “La marcha de la virgen de buen viaje “que dice así: “Estamos vivos y vivimos, amarte es nuestro destino. Y aunque este viaje es distinto, sólo hay un sólo camino, llegar a vos…”

Víctimas recrea hecho real ocurrido en Francia en el siglo XVII, el de la posesión demoníaca colectiva en Francia en 1632. Apacheta es una sala despojada, bien iluminada, que nos ofrece un escenario casi sin escenografía. La impronta de las monjas ursulinas y curas habla por sí sólo. En esa sala oscura y con esos ropajes asfixiantes, más una bella actriz de civil que hace de Magdalena, comienza la función. Una guitarra nos sumerge en la primera versión de la Marcha de la virgen (El tema Dulce Doncella).

Es la historia de Javier (a Bertuccio le gusta el nombre Javier. Lo pone en lugares tan disimiles como “Homenaje a mi misma” y “Víctimas”), un padre que pasa por alto el celibato, se casa en secreto con la joven Magdalena (Cecilia Venturutti) y enamora perdidamente y a la distancia, a la priora Juana (Silvia Mañá). Ella se vuelve loca de amor, se flagela y hay que exorcizarla. A ella, y al padre Javier. Más que exorcizarlo, torturarlo, degollarlo, hacerlo confesar que ha sido poseído por satanás.

Pero en realidad es la eterna historia de la iglesia. Más que eterna, antigua. Por eso es fuerte. Los cantos, la banda musical de la obra, la iluminación y la densidad de la trama, insertan a la obra en el género drama. Pero lo bueno de Bertuccio son esos momentos de ridiculez, súper necesarios para soportar la densidad de lo que se está contando, donde aparecen unas locas coreografías. En el momento en que el público no soporta más la solemnidad de los hábitos, se despliega la buenísima interpretación de la hermana Juana bailando una versión tecno remixada de una grabación al revés, como las del Exorcista.

Ese ir y venir de una historia de represiones y mandatos, se completa con los debates sobre procedimientos para sacar al demonio del cuerpo de Javier por parte del Padre Uriel y del Padre Salvador, un cura castrati, ocultamente enamorado de Javier.

Todo esto, con actuaciones que recrean un acento neutro, de otra época, con voces respetuosas y cantos gregorianos. Siempre, saliéndose de la vaina cuando la trama lo requiere. Victimas tiene un equilibrio para contar una historia tan clásica con Dios como protagonista. Es fuerte, pero nos hace salir riendo. En especial, por el merchandising que se expone una vez finalizada la obra: estampitas, 2 pesos. Disco con 16 versiones diferentes de Ave María, 5 pesos. Cruces, 2 pesos.

Cuándo y dónde: Domingos a las 20 en Sala Apacheta, Pasco 623. Tel: 4941-5669. Localidades, 20 pesos.






“Debate en torno a la castidad monástica”- Por Silvia Sànchez Urite

Después de la muerte del párroco, un convento de monjas ursulinas recibe al Padre Javier, tentado desde hace tiempo por los pecados de la carne. Va a seducir a Magdalena, niña criada en el claustro, pero la que se va a consumir de deseo es la Hermana Juana, priora del convento y con un defecto físico que es una joroba. Juana va a quedar embarazada. De allí en más, la llegada del Padre Uriel, el inquisidor que exorciza y del Padre Salvador, un cura joven algo confundido.

Lo interesante de la puesta es que logró plasmar la estética austera de los templos católicos-incluida una canción actual: “Marcha de la Virgen del Buen Viaje”. Los hábitos se exhiben como fetiche, pero no al modo paròdico postmoderno sino para adueñarse de la represión sexual de los consagrados. Incluso se nota cierto tono respetuoso hacia las investiduras eclesiàsticas.

Como toda obra contemporánea, sostiene un distanciamiento encarnado en la Hermana Clara, que actúa como relatora de la trama. La musicalizaciòn sostiene la tensión dramática, aunque es cuestionable la última aparición de la canción, al final de la pieza.

El diseño de luces ayuda a la sobria ambientación que se basa en una mesa de madera. También cabe destacar el tono neutro que utilizan los intérpretes que sitúa la obra en otro tiempo y lugar, lejanos. (¿Tal vez México en la época de la Inquisición?)

Las actuaciones soportan con solidez el peso de la historia: se destacan Silvia Mañà, como la hereje Hermana Juana; Esteban Fagnani como el martirizado Padre Javier y Marìa Inés Howlin como la Hermana Clara, la narradora omnisciente.

El teatro Apacheta se encuentra transfigurado, con velas pascuales, incienso y retratos de monjas y monjes hasta en el baño. Es un detalle a tener en cuenta. Ya desde la pre escena, nos debemos aclimatar a la atmósfera eclesiástica.




La opinión de charly Borja - abr 2008

Transgresora obra de Marcelo Bertuccio, mostrando quizás el "Lado oscuro de la Iglesia" a través de una supuesta posesión demoníaca en interesante e irreverente puesta.

foto: CHARLI BORJA


Muy interesante obra de teatro en donde si hay alguien que exorcisar es a su propio creador don Marcelo Bertuccio quien más que poseído fue “iluminado” en un estallido de creatividad tal que desborda toda imaginación con “Víctimas” una obra diferente muy irreverente y polémica en el perfil que toca.

Buenas las actuaciones de María Inés Howlin, Silvia Mañá, Esteban Fagnani, Cecilia Venturutti, Javier Alemanno y Joaquín Daglio poniéndole pimienta y agregando más leña al fuego en las instancias “poseídas” de la por momentos delirante obra teatral, (su creador debería pensar muy seriamente en trasladar esta historia al cine, porque la misma tiene mucha tela para cortar, no sólo en lo narrativo sino también en lo visual).

Un capítulo aparte merece la excelente banda de sonido en donde el inspirado Marcelo Bertuccio escudriñó vaya a saber dónde para hallar 16 diferentes versiones del dulce tema “Ave María” desde lo barroco hasta lo jazzístico, pasando por el acid rock, un gran hallazgo del director sin lugar a dudas.

También merece destacarse la muy buena iluminación que puntualmente marca las escenas más osadas y sexuales de la puesta.

Obra no recomendada para mojigatos y mentes cerradas, todo lo contrario, está abierta a todos aquellos que busquen otra vuelta de tuerca o algo diferente en la relación de Dios con la Iglesia y de ésta con el hombre de carne y hueso.





Cuando Dios se pone exigente.

Divertida y sacrílega obra donde las monjas y los curas hacen lo que pueden con las exigencias de un dios demandante.

www.escenahoy. com.ar

Una obra sobre monjas y curas puede dar la primera impresión de que ya se ha escrito mucho sobre el tema y poco más se puede aportar. Sin embargo, Marcelo Bertuccio (en su doble rol de dramaturgo y director) le da una vuelta de tuerca a las exigencias de la Iglesia con sus sufridos representantes en la Tierra y hace que "Víctimas" se convierta en un recomendable espectáculo. Trabajada con el fuera de escena dentro de la escena, los actores actúan la actuación aportando una acertada dinámica a una trama bien interesante. La hermana Juana (muy bien interpretada por Silvia Mañá - la monja de la foto) enloquece de amor por el Padre Javier (que no deja monja virgen en toda la obra) y La Iglesia no tiene mejor idea que recurrir a un exorcismo para que quede claro que todo lo que sea amor carnal es pecado y del más bajo. Con algunas escenas delirantes y divertidas y otras emotivas y de gran belleza visual, la obra va mostrando los costados humanos de estos personajes que, justamente por humanos, no pueden llevar la pesada carga del sacerdocio. La obra es un poco sacrílega y puede ofender a quien profesa la fe católica pero si consideramos que Benedicto (con sus divinos zapatitos de Prada) se sintió avergonzado por los abusos sexuales de la Iglesia mientras tomaba un té con Bush, "Victimas" no ofende sino que se divierte con la represión de la sexualidad. Se destacan Silvia Mañá en la composición de su personaje (literalmente más loco que una cabra), Cecilia Venturutti como la doncella que cae en manos de la tentación y Javier Alemanno como el joven padre Salvador que con su vocecita aflautada trata de ayudar en el exorcismo al padre Uriel (Joaquín Daglio) que lleva adelante esa difícil escena sin caer en estereotipos ni sobreactuaciones. El resto del elenco, lejos de quedar en segundo plano, también tiene sus momentos de lucimiento y hacen su aporte para el éxito de la obra. Una mención especial merece la adorable asistente de sala que, vestida de monja y llena de ternura, está en todos los detalles.

Víctimas de Marcelo Bertuccio. Dirección Marcelo Bertuccio. Elenco: Silvia Mañá, Esteban Fagnani, María Inés Howlin, Javier Alemanno, Cecilia Venturutti y Joaquín Daglio. Dato de interés: La entrada al estudio Apacheta es una puerta negra sin carteles de ningún tipo que se abre unos minutos antes de la función. No se sorprendan si quince minutos antes de empezar ven todo cerrado.




Víctimas

Lo que sucede debajo de los hábitos


Obra escrita y dirigida por Marcelo Bertuccio

El humor y la ironía son dos de las herramientas que se vale Marcelo Bertuccio para que se torne digerible lo que cuenta su obra Víctimas.
En una propuesta en donde la envestidura es la que marca sentidos y sentimientos, Bertuccio corre límites para profundizar acerca de la naturaleza humana y las represiones.
La forma elegida para tratar un tema tan espinoso, es el de las “muñecas rusas”, pero en este caso distorsionadas y deformadas. El planteo del teatro dentro del teatro es, en este caso, un acertadísimo contexto para exhibir hasta que punto el disfraz valida toda podredumbre, cercena deseos y esconde lacras.
Afinando al máximo la ironía, el autor y director entrega una propuesta “rebuscadamente” ascética, poco profesional, y con un registro de actuación en donde se elige la impostación para que se afirme el doblez del discurso. De esta manea se asiste a lo más terrible bajo un manto de fingida inocencia.
De un buen elenco se destaca el puntilloso trabajo de María Inés Howlin (un canto a lo que sucede cuando se reprime lo deseado), y la lograda hipocresía de Joaquín Daglio.
El diseño ambiental de Liliana Medela es como dije más arriba fundamental para crear todo el halo de “franciscanos” recursos y así instalar una patina de beatitud en la mugre.
La propuesta se completa con un “precario” diseño de luces, otro acierto a cargo de Esteban Fagnani.
Víctimas provoca, no solo por lo que cuenta, sino por como lo cuenta, ya que se vale de mecanismos y formatos utilizados (desde hace muchos siglos) por un sector de la sociedad que de tan identificables producen escozor.


Gabriel Peralta

www.criticateatral.com

ELENCO:

Silvia Mañá
María Inés Howlin
Cecilia Venturutti
Esteban Fagnani
Javier Alemanno
Joaquín Daglio
Nuria Maidana


FICHA TÉCNICA:

Asesoramiento en mal latín: Laura Garaglia
Diseño ambiental y realización de escenografía: Liliana Medela
Diseño Lumínico: Esteban Fagnani
Diseño Sonoro: Marcelo Bertuccio


VÍCTIMAS sorprendidas en un ruego inútil,
de Marcelo Bertuccio - Apacheta sala estudio

La obra de Marcelo Bertuccio aborda el tema de la religión (católica) y de la tensión existente entre ésta y los deseos de los hombres. Su mérito, en cuanto al tema, sea quizás plantear este abordaje desde el respeto a la institución eclesiástica y no desde el mero cuestionamiento.

Como recurso narrativo, Bertuccio pone a los interpretes entre dos formas actorales: una, supuestamente menos “actuada” que se encarga de narrar o “denunciar” los artificios de la teatralidad, y la otra, más estilizada, es la portadora de la voz de los personajes de la historia.

Si bien al comienzo, el espectáculo parece tardar demasiado en comenzar, con el correr de los minutos adquiere un ritmo e intensidad que hacen olvidar esa tardanza.

La puesta es austera e inteligente. En cuanto a las actuaciones, en general están bien logradas; destacándose a Joaquín Daglio como el cura exorcista y un muy buen primer monólogo de Esteban Fagnani.

Dos hallazgos: la utilización a modo de refresco, de la cancioncita “marcha de la virgen del buen viaje” con la que la obra termina y empieza y el puesto de souvenirs instalado a la salida.

En conclusión: recomendable.


Natalia Pezzi - Universidad de Palermo





20 marzo 2008

GRÁFICA






VÍCTIMAS sorprendidas en un ruego inútil


































HOMENAJE A MÍ MISMA























BERGMAN

20 diciembre 2007

HOMENAJE A MÍ MISMA

Dos espectáculos teatrales, un video breve, un espacio de improvisación y una degustación de comida naturista, dentro de una performance sostenida por una sola actriz, en un evento de tarde dominguera, con duración de una hora cuarenta (más o menos).

APOLOGÍA DEL EGO + CONCIENCIA DEL EGO = EXORCISMO DEL EGO


foto: CECILIA BULDAIN




orejas caídas y hocico casi cilíndrico de Marcelo Bertuccio

Intervalo de Cecilia Buldain

Javier y Javier de Roberto Saunier

Dramaturgia y Puesta en escena Marcelo Bertuccio

Actuación Andrea Vázquez

Asistencia Javier Alemanno

Luz Marcelo Bertuccio

Fotografía Cecilia Buldain

Diseño sonoro en orejas caídas Javier Alemanno y Marcelo Bertuccio

Dirección de video Cecilia Buldain

Edición de video Natalia Maggiori

Cámara Andrea Vázquez

Audio en Javier y Javier Gustavo Lucero

Cocina Andrea Vázquez

Diseño gráfico Javier Alemanno
miercolesotravez@gmail.com

Prensa Castillo Arango Prensa
www.castilloarango.com.ar










OPINIÓN DE LA
CRÍTICA (fragmentos):






foto: CECILIA BULDAIN

“Marcelo Bertuccio como director ga a su intérprete por diferentes caminos: la hace interactuar con los espectadores; la distancia de su propia voz; la enfrenta a su propia imagen. De cada proceso extrae de ella una expresividad que es muy elocuente y una fuerte teatralidad siempre. (...) La actriz Andrea Vázquez parece la intérprete ideal para esta propuesta. A medida que el espectáculo avanza, adquiere una fuerte seguridad y se adueña con total libertad de las diferentes situaciones que representa, causa conmoción y se divierte. Dueña absoluta de ese mundo que construye, no da respiro al público y actúa con la seguridad de que esas historias que traslada a la platea tienen la justa densidad de un domingo a la tarde.” CARLOS PACHECO, La Nación


“La actriz, que es una y es tres, se sobrepone a las complejidades textuales a punto tal que logra imponerse por sobre todos los otros signos escénicos. En ese sentido, el trabajo de dramaturgia y puesta en escena de Marcelo Bertuccio es notable en tanto intenta generar el marco adecuado para el desarrollo de la actriz. Y en el universo de las vanidades, esto también es algo para agradecer.”
FEDERICO IRAZÁBAL, Los Inrockuptibles


“En Homenaje a Mí Misma, con puesta de Marcelo Bertuccio (dramaturgo y director que ya había ofrecido acercamientos al universo femenino de genuina comprensión), Andrea Vázquez encarna con suma propiedad a dos personajes disímiles.” MOIRA SOTO, Las 12


Homenaje a Mí Misma
es una de esas obras que sorprenden e incluso incomodan al espectador. (...) Andrea Vázquez es la anfitriona de la visita al teatro y es precisamente ella la que hace posible que el espectáculo sea divertido, entretenido y fuerte, al mismo tiempo. Su actuación es genial.” IRINA STERNIK, www.buenosairesladob.com.ar


“Habrá quien se sienta sorprendi­do, fascinado e inclusive incómodo, pero ahí es donde reside el capital de la puesta: en una absoluta libertad interpretativa muy pocas veces vista en escena. (...) La versátil y natural actuación de Andrea Vázquez combina un excelente manejo de voz para la interpretación de los personajes, incluido el de anfitriona del espacio. Homenaje a Mí Misma es una de esas obras difíciles de catalogar y justamente por eso, digna de ir a ver más de una vez. Siempre hay tiempo para encontrarle algún detalle escondido.” DANIEL GAGUINE, Noticias Urbanas


“En Homenaje a Mí Misma, el personaje es la actriz, pero la actriz interpreta a dos personajes, o no, a tres, porque también se representa a sí misma, pero también hay un texto, dos, tres, cuatro (dos están superpuestos). (...) Es esta expansión y contracción lo que hace que el público pueda experimentar una suerte de desequilibrio permanente. (...) Se genera, o es una posibilidad que se abre, un equilibrio inestable. Y en el medio, adelante, atrás, arriba, real, virtual, La Actriz.” DIEGO BRAUDE, www.imaginacionatrapada.com.ar

22 abril 2007

Pequeño drama para dos mujeres


Intérpretes

Mariana Ortiz Losada

Vana Passeri

Dirección, dramaturgia y concepto escenográfico
Andrea Chacón

Diseño de vestuario
Gabriela Delmastro

Entrenamiento Corporal

Silvia Tavcar

Música

Christian Basso

Asistencia de dirección
Javier Alemanno

Fotos
Rodrigo de la Fuente
Cristina Pereyra

Diseño gráfico
Karina Levy

Duración: 60 min.

Crítica en La Nación:

http://www.lanacion.com.ar/entretenimientos/nota.asp?nota_id=906163

Contacto y acreditaciones:

dramaboutique@gmail.com

Tel: (011) 15 6139 5462

Luba; Cía de Teatro, fue creada en 1996 y desde entonces presentó espectáculos en El Excéntrico de la 18', en el Centro de Experimentación del Teatro Colón, el Festival Internacional de Teatro de Trujillo, el Teatro Cuatrotablas de Lima, el Centro Cultural General San Martín, Astrolabio, el Impa, la Fundación Banco Patricios y el Centro Nacional de la Música.


El interés por el teatro breve y el pequeño formato está presente en la trayectoria de la compañía que ha trabajado especialmente el concepto de teatro de cámara. Espectáculos como Nonsense o Arianna, (acerca de la soledad) dan cuenta de dicha concepción. Esta decisión estética implicó la investigación específica sobre el género desde la dramaturgia, la dirección, la puesta en escena y la actuación. Recurriendo a la literatura podríamos ensayar una analogía con el formato del cuento y su sustancial diferencia en cuanto a la estructura de la novela. De la misma forma que el cuento condensa imágenes y relato provocando el impacto desde su propio formato narrativo, el teatro breve comprende un espíritu semejante. Requiere de un trabajo específico en torno a la idea de la condensación tanto desde la dramaturgia, como desde la actuación. Lejos entonces de tomar su carácter de breve por su condición en el tiempo únicamente, el concepto de teatro breve apunta a una decisión estética en búsqueda de una experiencia intensa expresada en la potencia de lo sintético. De esta manera, a lo largo de los años buena parte de la producción de LUBA se orientó a la realización de obras breves y de formato pequeño, dándole tratamiento de investigación de género y adoptándolo como una forma de trabajo específica en todos sus elementos.

+ info: http://dramaboutique.blogspot.com

25 agosto 2006

Un espectáculo fuera de la ley

“Macbeth de Shakespeare Alemanno Bertuccio”

foto: JAVIER ALEMANNO

Versión de una de las más negras obras de William Shakespeare.

Una historia de traiciones, hipocresía y crimen, en un sentido absolutamente contemporáneo, abrevando en los preceptos de la no actuación y el teatro invisible.

Trabajo experimental colectivo.


Actuación: Ariana Gómez, Marcelo Bertuccio, Javier Alemanno

Dramaturgia: Javier Alemanno, Marcelo Bertuccio

Técnica: Javier Alemanno


escenario/ Diario Uno de Mendoza

jueves 20 de octubre de 2005

Macbeth vuelve a traicionar

en una versión local del clásico

Protagonizada por Ariana Gómez, Marcelo Bertuccio y Javier Alemanno, hoy se estrena una adaptación contemporánea y mendocina del dráma de William Shakespeare. La mentira toma cuerpo, a las 22, en la Enkosala

Patricia Rodón

uno_escenario@diariouno.net.ar

Las obras del dramaturgo inglés William Shakespeare han sido representadas miles de veces a lo largo de cuatrocientos años.

Cientos de compañías teatrales de todo el mundo la han llevado al escenario, ya en su formato clásico, ya en adaptaciones. El cine también ha versionado, desde las más diversas estéticas, la grandes tragedias y comedias del escritor. Y la ópera ha buscado y encontrado nuevas maneras de contar este drama de intriga y muerte.

Hoy, tendremos la oportunidad de asistir al estreno de una versión local de la célebre Macbeth, creada por el dramaturgo y actor porteño Marcelo Bertuccio, radicado actualmente en Mendoza.

La versión, bajo el nombre de Macbeth de Shakespeare Alemanno Bertuccio, Se estrena esta noche, a las 22, en la Enkosala (SanJuan1469, Ciudad).

Protágonizada por el propio Marcelo Bertuccio, Ariana Gómez y Javier Alemanno, este Macbeth es una versión completamente actual del drama, compuesto entre 1605 y 1606,

"Macbeth es quizá la tragedia más estructurada y de más meditada construcción de todas las de William Shakespeare. Nos adentra en un mundo oscuro y fantasmagórico de discordia y de confusión moral donde entre alucinaciones, conjuros, crímenes y predicciones somos testigos de la degradación irreversible de un hombre impulsado por la ambición que Lady Macbeth personifica", afirma Bertuccio.

Al tiempo de explicar la naturaleza de la versión que veremos esta noche, el actor señala que "tomamos el esqueleto de la obra, descartamos todos los aspectos formales, estructurales del teatro Isabelino, es decir, cantidad de personajes, modos de contar la historia, el vestuario, la escenografía y la lírica de Shakespeare, para ir directamente a lo narrativo de la obra, a mostrar el tema".

"Nos centramos en las figuras de Macbeth y de Lady Macbeth y los transformamos en dos personajes amigos, completamente contemporáneos, uno porteño y la otra mendocina, que están en Mendoza y tejen a través de una conversación una historia análoga a la del drama de Shakespeare", detalla Bertuccio.

El dramaturgo apunta que la escena de base es una cena, y que es el tercer personaje, denominado El Técnico, quien los asiste, les pone la luz, la música, les sirve la comida, y que encarna la serie de personajes secundarios de la intriga. Bertuccio señala que el objetivo de contar de esta manera la historia es para "rescatar el sentido profundo que le dio Shakespeare, es decir, que todo lo que se ve no es lo que parece. Es decir, gente muy amable y cercana que en realidad está urdiendo traiciones para asesinar y para quedarse con lo que tiene el otro".

"Todo el teatro contemporáneo, después de 2.500 años de teatro, es de alguna manera reescritura. Por eso, decidimos actualizar este clásico porque el público tiene que poder acceder a éste, cosa que no ocurre con tanta frecuencia como sería deseable", dice el dramaturgo a la hora de explicar su elección. De ahí que el lenguaje de la obra sea completamente coloquial. Bertuccio argumenta que "trabajamos sobre el concepto de la no actuación, del teatro invisible, en el que nosotros somos los personajes de Shakespeare y a la vez somos nosotros mismos. Yo soy un dramaturgo, Ariana es una actriz, Javier es un estudiante y en la situación ficcional de la obra estoy escribiendo una adaptación de Macbeth. Esto nos permite que la lírica y la voz de Shakespeare también aparezca a través de sus textos. Y en la música".

El actor agrega que "la música es casi otro personaje ya que cumple un papel fundamental. Trabajamos con fragmentos de ópera, con grabaciones de radio de la BBC de lecturas de Shakespeare, con la banda de sonido del Macbeth de Polansky, con música isabelina. La música le pone un clima muy interesante a la obra", finaliza.


Intrigantes: Ariana Gómez y Marcelo Bertuccio (Lady Macbeth y Macbeth) Javier Alemanno (El Técnico)

[En una de las experiencias piloto en la Enko Sala de la ciudad de Mendoza, Javier Alemanno (técnico) está en la boletería vendiendo las entradas. Llega un espectador (Juan Villalba).

ESPECTADOR (A Actor.): Pero, ¿cómo? ¿Vos no actuás?

ACTOR (A Espectador.): Sí. Yo estoy actuando. ¿Y vos?]


Una actriz, un actor-dramaturgo y un actor-técnico llevan adelante una función teatral de una obra inspirada en Macbeth de Shakespeare.

Una actriz y un actor-dramaturgo cenan, asistidos por un camarero, y planean una conspiración.

Una actriz, un actor-dramaturgo y un actor-técnico llevan adelante una función teatral de una obra -en la cual una actriz y un actor-dramaturgo cenan, asistidos por un camarero, y planean una conspiración- y planean una conspiración.


(La apariencia y la realidad, el texto aprendido y la palabra repentina, la situación ensayada y la situación improvisada, el espectador de una ficción y el testigo de un hecho cierto, se entremezclan. Nada se encubre. El teatro lo contiene todo, y nada a la vez.)

Marcelo Bertuccio. El propósito colectivo (una versión de Macbeth de Shakespeare)

La expresión misma de vero-similitud, según se insista en uno de los dos términos, contiene a la vez la ilusión de verdad (realismo absoluto) y la verdad de la ilusión (teatralidad completa).

” Patrice Pavis, Diccionario del teatro.

Si es verdad que es un juego, entonces no es un juego: es verdad

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